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Cinco años de Don Quijote

Este blog, como su nombre indica, es el registro de un periplo personal, una bitácora.

Hace cinco años comencé una etapa diferente en mi vida, y me planteé llevar un registro. Precisamente porque se trata de un camino, todas las opiniones que vierto son provisionales, un intento de comprender y recapitular. También es un experimento literario. Algunas de las personas a las que me refiero son reales. Otras son en realidad una mezcla de referentes, de varias personas distintas que me permiten crear un arquetipo con el que dialogar. Es un poco como Pirandello y Unamuno.

Con ese velo puedo reconstruir mis momentos emocionales, aquello que me ha inspirado y preocupado durante estos cinco años y ponerlos en perspectiva. Creo que ha sido una experiencia muy bella, y la dejo aquí para disfrute de todos.

Hasta siempre.


jueves, febrero 22, 2007

Raúl del Olmo y la generación bocadillo


Nota: este artículo fue escrito hace tiempo, cuando Raúl del Olmo aún vivía. Estaba sufriendo la crisis que a posteriori sería la explicación más plausible a su trágica desaparición. Por aquellos entonces traté desesperadamente de que todos aquellos que tuvimos el inmenso privilegio de conocerle colaborásemos en su mejoría y sostenimiento a todos los niveles. No pudo ser y ahora muchos lo lamentamos. Este artículo es un tributo a su memoria, al vacío tan inmenso que nos deja, y al magnífico e insustituíble interlocutor que he perdido. Nunca le olvidaré.

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Esta mañana he recibido dos mensajes de Raúl. Era una impresión a dos tiempos: El primero dice (seguramente es alguna cita que no comprendo) “I die as he pass by/so beautiful & strong manchas d vino/barniz como corales. El segundo dice lo siguiente: “esa abstraccion q es ‘lo nuevo’ es necesaria, pero es tan dsconocida como el fecundisimo misterio d la fosa d allan poe”. El entrecomillado es suyo. Mas tarde me ha llamado. Todavía no había leído estos mensajes. Gasta un minuto y me dice que apenas tiene saldo, de modo que le devuelvo la llamada, pero antes los leo sin comprenderlos. No he llegado a comentar su significado con Él. Hemos estado hablando de las mismas cosas de siempre: de su situación, de la mía, de su desesperación, de sus fracasos amorosos, y de su postura ética. ¿Qué puedo hacer por Raúl?¿Debo siquiera hacer algo? ¿Tal vez no está, en realidad, ayudándonos Él? ¿A todos? Sólo me llamaba para compartir su inevitable tristeza. Raúl es mi amigo y es Gay. Yo no soy gay. Somos amigos íntimos desde hace muchos años. Pertenece al círculo más estrecho de intimidad, a ese grupo pequeño de personas con las que me siento más comprendido y escuchado, con las que comparto el mayor número de afinidades y experiencias comunes. La aclaración sobre su identidad sexual es solo a efectos de comprensión de sus conflictos. Raúl se ha quedado en el más espantoso de los abandonos y roza la indigencia. Raúl está sumido en una profundísima depresión. A veces tengo la tentación de jugar a psiquiatra, a sermonearle, a imponer la engañosa imagen de triunfo que ahora exhibo, porque lamentablemente vivo mejor que la mayoría de los de mi generación. Y digo lamentablemente porque me gustaría que gozaran al menos del mismo bienestar que Yo, no porque reniege de lo bien que me va. Raúl es el mayor ejemplo vivo que conozco de la generación bocadillo, que es la nuestra, la de aquellos que tenemos entre 28 y 40 años. Hemos tenido una extraordinaria preparación académica, utilizamos un lenguaje distinto, lleno de referentes literarios y se nos han implantado ensoñaciones suicidas en cuanto al alcance de nuestro talento. La generación bocadillo está entre dos generaciones “mendrugo”, y en si misma es la carnaza de estas dos generaciones. Nos engendró una generación seudoburguesa, una que señala su caspa como conducta distinguida y no cesa de decir que a los españoles “nos gusta vivir bien”, entendiendo por ello el desempeño de actividades que ellos llaman “empresariales”, que no son sino chapuzas, cara dura y ejercicio descarado de la alianza de los intereses políticos y los de algunos particulares deleznables. A cambio de tanta estafa, demandan de la sociedad que los países saqueados por ellos les entreguen lo más bello de sus mujeres para explotarlas sexualmente. Se han cargado irreversiblemente el clima, la calidad del aire y el planeta en general. Han agotado todos los recursos. Han disparado el precio de la vivienda para que seamos sus exclavos y generemos con nuestro sudor rentas para su jubilación, porque saben que como han dejado el planeta, no llegarán a cobrarla si se fían del estado. La generación “mendrugo de arriba” es una generación perversa. La primera en la historia de la humanidad que parasita sistemática y despiadadamente a las demás. Son profundamente incompetentes y plagan e infiltran toda la vida política. Son los golfos del PP, los narcotizados y alucinados del PSOE, los obstruccionistas y dogmáticos de Izquierda Unida. Sigo amando a Karl Marx. Y veo con desgracia, cuan poco se lo lee y menos se entiende desde la izquierda histórica y la actual. Me imagino que también los que menos leen el evangelio y desde luego menos lo practican son los cristianos. En este punto hago un inciso para sugerir un ejercicio mental. Imaginemos que Jesucristo resucita -no soy cristiano- y de repente ve en que se ha convertido la asamblea (=eclesía) de aquellos que él pensaba que compartían un ideal. Muy tempranamente en el cristianismo comenzaron follones fenomenales, broncas, divisiones, propaganda, abusos, manipulaciones… pero es que hoy, la iglesia (cualquiera) se ha convertido en el sanedrín, se ha llenado de escribas y fariseos y en el templo no hay más que mercaderes. Y todo ello bajo el signo de la cruz. En fin, imagino un arranque de caracter por parte de Yeshuá bar Yosef y la remisión a la mierda de todo este indigno tinglado. Bajo nosotros tenemos el producto del segundo analfabetismo español. El subproducto de la incompetencia como padres de los progenitores de la mendruguez superior, su esnobismo, todo ello trufado por un programa educativo vomitado por mentes alucinadas que escalan de mala manera esquemas pedagógicos que carecen de la suficiente verificación científica y que apoyan con gesto adusto y voz inquisitorial si te apartas lo más mínimo del dogma. Muchas, pero que muchas de estas personas son mujeres presuntamente comprometidas, pero que a la hora de la verdad lo único que hacen es disimular su ignorancia, su pereza y sus complejos con trincheras invisibles en la que ellas mismas caen. Los Hombres aún son peores: carecen de cualquier compromiso y no tienen reparo en ello. La educación alucinada termina de lobotomizarlos mediante sistemáticos bombardeos mediáticos, hasta que su desarrollo moral se detiene en la barrera de los doce años. Son unos bestias. Reclaman como polluelos el gusano en la boca con exigente insistencia, ruido y furia. Se pasean en motillos infames sin casco, con un corte de pelo ecléctico y actitud perdonavidas. En ellos el nihilismo es casi inevitable, puesto que nada tienen dentro y por tanto, nada pueden manifestar. Comprendo el peligro de generalizar, pero como resulta que más de un 80% (estimación a bulto) de la gente es estúpida profunda, es muy posible que estos patrones estén muy extendidos. Si hay una esperanza, Raúl. La hay. Y cuento contigo para ello: Tomemos el poder. Hagámoslo y reduzcamos a unos al asilo y a otros a la disciplina. Es hora de que nos escuchen y dejen de explotarnos, ningunearnos, encarecernos la vivienda y tomarnos el pelo. Se que las probabilidades de hacerlo ahora son tan escasas y el éxito tan remoto, que de solo pensarlo se me antoja que la única reivindicación que reúne algo de sentido es la del derecho a no estar sobrio, es decir, el derecho al botellón en masa para no ver la miseria moral que nos rodea. Raúl: Hoy tomaremos Manhattan, y mañana, finalmente mañana tomaremos Berlin. Berlín, Raúl, Berlín.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hoy me siento triste, inmensamente triste.
Por cualquier motivo, he llegado hasta este blog, supongo que intentando recuperar el rastro de una persona a la que tuve el privilegio y la suerte de conocer hace ya unos cuantos años. Me siento triste, e impotente por no haber sabido guardar esa amistad, como el tesoro que era/es y ahora tanto añoro. Me siento triste al enterarme que Raúl no está… He vuelto a 1994, a esos días en los que tuve su compañía aquí, en Valencia, donde vivo; en Madrid, donde pasamos el tiempo en las salas del Museo Thyssen, en el paseo de Recoletos admirando las esculturas de Botero, en la Casa de América, en el Teatro (nunca olvidaré ese Calígula, con Luís Merlo).
Digo que he vuelto a ese año, y es así, pues he vuelto a revivirlo como si hubiera sido ayer. He vuelto a pasear por la playa de Peñíscola, a escuchar esas canciones de Nino Bravo, (sí, esas que conservo en una cassete tuya, manuscrita, y que no dudaste lo más mínimo en regalarme al gustarme la carátula - una acuarela pintada por ti, reproduciendo una figura de El Greco-, y que a partir de ahora tendré aún más aprecio del que ya le tenía...), de Amistades Peligrosas (cuánto significado en sus letras), de Fiorella Mannoia (desconocida por mí hasta entonces)…
He vuelto a ver tus fotos, con una diferencia respecto a las (tantas) veces anteriores. Las he visto con lágrimas en los ojos, lágrimas de culpabilidad, por haber dejado pasar el tiempo, por haber dejado que poco a poco tus noticias se fueran distanciando... en definitiva por haberte perdido....
Envidio a las personas que como Gustavo supieron estar contigo, cultivar tu amistad, en lo favorable y en lo adverso, y que, por lo que se deduce de este recuerdo, intentaron ayudarte. Desconozco los motivos que te llevaron a dejar este (cruel) mundo, pero me duele como no puedes imaginarte no haber podido compartirlos contigo, escucharte, comprenderte, e incluso, ayudarte si hubiera estado en mi mano...
Hoy, al cabo de dos años de ignorancia sobre tu destino, me siento triste, inmensamente triste, Raúl, pues te fuiste sin siquiera decir adiós...
Me quedan esas fotos, esas acuarelas pintadas sobre un sencillo folio con cuatro trazos que yo siempre consideré obras de arte, y que como tales guardé. Me quedas Tú.
Escribo estas palabras como recuerdo, feliz recuerdo, a una persona inmensamente generosa, a la que no supe conservar.
Sé que hasta allí donde estés te llegarán estos sentimientos, y espero tu perdón (no tengo la menor duda) por no haber estado más cerca de ti.
Hasta siempre, Raúl... Siempre ocuparás un lugar preferente en mi vida.

Jesús.-

PD. Gracias, Gustavo, por este blog. Me gustaría poder compartir contigo el recuerdo de una persona tan especial.

Gustavocarra dijo...

Jesus, acabo de leer tu comentario, tal vez después de mucho tiempo. Hoy es 10 de Mayo de 2009. Aún echo de menos a Raúl. Voy a visitarle regularmente al lugar donde descansa. Hace poco estuve con Vesna Bolanca recordándolo. Tras todos estos años no me he recuperado el vacío que me dejó. Le echo horripilantemente de menos. Gracias por devolverme esos recuerdos que alguna vez me comentó. Fue una maravilla ver el Thyssen con una persona tan maravillosa. No puedo decirte nada más. Hay una foto de Raúl en mi página de usuario de wikipedia. Desde allí, si lo deseas, tienes un enlace a mi correo electrónico para ponerte en contacto conmigo. Un gran abrazo