El hombre es un animal de realidades.
Xabier Zubiri
Me acuerdo cuando Tristram y yo leíamos "Rayuela", de Cortázar. Sin ninguna dificultad identifiqué al personaje de "la maga" con Chus. Con el tiempo se hizo una sabia erudita en el tema. Era su destino.
Finalmente, Ayer, el encuentro casual que tanto necesitaba, se produjo. No en la "Tertulia", sino mejor, en el "Friends". Y no me defraudó. Sucedió aquello que imploré: un oráculo inserto en los libros de la oscuridad. Alguno de tus ensalmos.
"Terremotos", me dijo. "A veces es necesario que haya un terremoto para poderte construir de nuevo".
Queridísima Chus... si tu supieras... Demasiado tarde. Ya he montado el terremoto incluídas sus correspondientes réplicas. Y tienes razón, no existe ningún otro modo. No hay otra forma Es triste, es desgarrador...
Chusa, me duele aún más que la última vez. Aquella vez en que el dolor cesó con el abrazo de Tristram,que ya no necesitaba. Pero el abrazo que me diste, ese abrazo sí lo necesitaba de verdad. Gracias por aparecer cuando lo necesito. Muchísimas gracias, Chus. Porque a los ángeles también nos guardan otros ángeles más perfectos.
Eran las cuatro de la mañana. No alboreaba. Ni aun barrunto de ello.