Querida sinremedio:
Ya sé que me sigues, pero que no sueles atreverte a poner ningún comentario. No pasa nada. Ese suele ser el caso de la mayoría las entre 4000 y 6000 visitas únicas que tengo al cabo de un mes normal. Te quería decir que tu amigo el mesetario me ha metido en un lío morrocotudo y maravilloso.
Sólo sé que cada vez que alguien me mencione a Tampere, una sonrisa me iluminará la cara y me brincará el corazón. Me han llenado de alegría, sinre, como hacía mucho tiempo que no pasaba.
Ahora tengo más experiencia y no voy a caer en las mismas trampas. Alguien muy brillante necesita dulzura recíproca y aprender a manejar el vivir la libertad dentro de un profundo afecto. Hasta hace un tiempo pensé que el amor consistía en renunciar a influir en la otra persona para evitar que cambiara. Un soberano y doloroso error. Tal vez sea mejor dejar fluir esas cosas con sencillez y sin miedo.
Tampere es una Arcadia, algo lejano y hermoso y al mismo tiempo una presencia dulce. Tampere es un faro que me retornará a Ítaca. Tampere es como un azucarillo que me impregna y se mezcla conmigo una vez perdida la forma.
Quien me pruebe, notará el sabor a Tampere. Y eso es lo único que cuenta.
viernes, julio 30, 2010
Tampere
Publicado por Gustavocarra en 8:36 a. m. 3 comentarios
Suscribirse a:
Entradas (Atom)