El valor de algunas cosas no entra dentro del cálculo humano. A quien corresponda la abrumadora responsabilidad de su custodia, que las cuide con la alegría de no existir mayor fortuna. Y no la hay porque es lo único por lo que merece la pena olvidarse de uno mismo. Desde ya, eres mi hermano. En el cumplimiento escrupuloso de tu gozosa tarea me harás feliz y me prolongarás. Si me necesitas, si flaqueas, si dudas, reza una oración y acudiré.
miércoles, abril 01, 2009
esto es lo que faltaba para que saliera el sol
Publicado por Gustavocarra en 4:50 p. m. 0 comentarios
Etiquetas: La sabiduría de Silvio
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