.letrag { float:left; color: #fe6700; font-size:100px; font-family:none; line-height:80px; padding-top:1px; padding-right:5px; }

Cinco años de Don Quijote

Este blog, como su nombre indica, es el registro de un periplo personal, una bitácora.

Hace cinco años comencé una etapa diferente en mi vida, y me planteé llevar un registro. Precisamente porque se trata de un camino, todas las opiniones que vierto son provisionales, un intento de comprender y recapitular. También es un experimento literario. Algunas de las personas a las que me refiero son reales. Otras son en realidad una mezcla de referentes, de varias personas distintas que me permiten crear un arquetipo con el que dialogar. Es un poco como Pirandello y Unamuno.

Con ese velo puedo reconstruir mis momentos emocionales, aquello que me ha inspirado y preocupado durante estos cinco años y ponerlos en perspectiva. Creo que ha sido una experiencia muy bella, y la dejo aquí para disfrute de todos.

Hasta siempre.


lunes, agosto 18, 2008

Time isn't on my side

"La ley que soy, no me someterá..."
Odysseus Elytis en María Nefelis
Pandora - Cocteau Twins

Acto 1.- La cena de los idiotas.
Porque quien sabe... Hace poco me dieron ganas de llamar "idiota" a alguien. A un amigo, a un gran amigo de toda la vida. Por supuesto no pasaba una nube de desprecio ni de superioridad detrás del rótulo que te atribuía la idiocia. Era más bien un calambre de amargura, una imposibilidad.

Cuando era pequeño siempre pensé que la barba conllevaba una especie de confirmación biológica de la sabiduría, pero parece que no, que resta sangre al cerebro y provoca su inevitable naufragio a las aguas de la necedad.

El problema es que, haciendo memoria, tengo otra amiga, de las íntimas, de las de interpelarnos fluídamente, de la que recibí un correo de esos que explican el momento vital, y en el que me decía que había cambiado su patrón de relaciones por uno más selecto y restringido.

Los años nos deben quitar miedos, inhibiciones. Los años nos deben añadir serenidad, relativismo, perspectiva. Con la edad debemos crecer en compasión. Me alegro tanto de vivir de una forma voluntariamente modesta, alejado de burguesías estúpidas, de separación... Y me entristezco por aquellos a los que quiero y veo que no han aprendido nada.

Acto 2.- Pinna fidelis

Y también está Ángel. Un gran compositor, allí en Holanda, al que mando un gran abrazo. Después de tanto tiempo, nos hemos encontrado, hemos tenido una gran conversación, regada de mostos en el Touchard, y algún par de cartas extraordinariamente líricas. Es curioso como las experiencias de todo pelaje producen en otros el efecto de mantenerse fieles a sí mismos. Cómo hemos sorteado peligros y cantos de sirena, cómo nos hemos llenado de belleza en ese rincón secreto y difícilmente comunicable, cómo se puede aún pulsar la cuerda, cómo de evocador resulta aún esos momentos sobre el piano, improvisando, dejando que salten las notas sin darlas peso, sin ordenarlas, permitiendo que dancen y tengan vida y exploten en el paladar. En igualdad, como ese paisaje vital que bebemos sin hollar, elevados a un nanómetro del suelo. Gran Ángel, cuánto te aprecio. Persevera.

Acto 3.- El monólogo de Segismundo

Porque sí, por una parte, a lo mejor el tiempo no está de mi parte. En cuanto a deseos inmediatos, egoístas. En cuanto a ambición instantánea. Pero si dejo que toda esa marea, que no retengo, que no perturbo, me cale, entonces si, el tiempo, definitivamente está de mi parte.