En la película "el discurso del rey" se reproduce el proceso de curación de su tartamudez del Rey Jorge VI, culminando con el discurso pronunciado en la BBC para todos los países de la Common Wealth el 3 de septiembre de 1939, inmediatamente después de la declaración de guerra a Alemania. Extraigo algunas frases:
"Una y otra vez hemos intentado encontrar una forma pacífica de superar las diferencias entre nosotros y aquellos que ahora son nuestros enemigos, pero ha sido en vano".
"Se hos ha a obligado a entrar en conflicto, en el que estamos llamados, con nuestros aliados a responder a la amenaza de un principio que, de prevalecer, sería fatal para cualquier orden civilizado en el mundo".
"Tal principio, despojado de todo escrúpulo, es seguramente la mera doctrina primitiva de que el más violento tiene la razón, y si este principio se estableciera en el mundo, la libertad de nuestro país y de toda la comunidad británica de naciones estaría en peligro".
Pero yendo más allá de esto, las personas que habitan el mundo estarían atenazados por el miedo, y todas las palabras de una paz constante y duradera, de justicia y libertad entre las naciones, habrán acabado".
Éste es el elemento último que nos confronta. En virtud de todo lo que todo lo que amamos, y del orden y la paz en el mundo, es impensable que rehusemos hacer frente al desafío."
"Les conmino a que conserven la calma, la firmeza y la unidad en estos tiempos de prueba."
Dos no pelean cuando uno no quiere, dice el refrán. Pero una vez transpasados ciertos límites, rehusar el desafío es moralmente reprobable, como prueba este discurso.
Por cierto, señora Sinde: este blog está repleto de enlaces a contenido protegido. ¿Me lo va a cerrar?