Sou o fantasma de um rei
Sou o fantasma de um rei
Que sem cessar percorre
As salas de um palácio abandonado...
Minha história não sei...
Longe em mim, fumo de eu pensá-la, morre
A ideia de que tive algum passado...
Eu não sei o que sou.
Não sei se sou o sonho
Que alguém do outro mundo esteja tendo...
Creio talvez que estou
Sendo um perfil casual de rei tristonho
Numa história que um deus está relendo...
Fernando Pessoa
Leí a Pessoa muy pronto, tal vez a los diecisiete o dieciocho años, cuando cruzaba la frontera de Tuy y bebía vinho verde gazela, mientras un billete en escudos de valor que ya no recuerdo, con la imagen de Pessoa que servía de separador en las páginas de un paperback del desassossego. Era hermoso broncearse en las calas del atlántico, viendo pasar enormes gaviotas, mientras crepitaban las hojas de pésimo papel donde estaban depuestas las más hermosas palabras. He oscilado con el libro, a medida que iba creciendo: algunas veces me encogía el alma, mientras que otras lo rechazaba porque -pensaba yo- era un juego de salón para ñoños. Le reconozco una virtud: la de poder, aún hoy, abrir una página al azar y encontrar escrito, en pensamiento poético, la forma más evocadora de decir lo que en ese momento estás sintiendo. Reconozco que me asustaba un poco la experiencia poliyoica, el juego de los heterónimos, aunque ahora sé que lo único que me pasaba es que Yo era demasiado Joven y que por tanto, no había acumulado recorrido para reconocer lejanías en las formas en las que Yo existí, y extrañarme. Y ahora, cuando me formulo preguntas sobre quien soy Yo, diría que, por fin, soy una persona limpia, honesta y buena. Cada vez que me planteo como actuar, surgen miles de escrúpulos, infinitos miramientos y sinúmero de remordimientos si, alguna vez, por torpeza, he cometido algún mal. El Doctor Jaime Miquel, autor de la teoría mitocondrial del envejecimiento, me dijo un día que para ser bueno era preciso además ser inteligente y siempre con enorme costo de trabajo. Me acuerdo de aquel evangélico "Sed buenos como palomas pero listos como serpientes".
Soy el fantasma de un rey. Hasta ahora me he conducido con integridad hasta el propio sacrificio. No hay peor dilema que el de ver a un ser querido (lo digo en sentido figurado) dentro de un coche ardiendo a punto de estallar. Sabes que se va a perder, pero te perderás Tú también si tratas de rescatarlo. Este es mi brutal sufrimiento. Quisiera que dentro de mi se despejara el día y mi capacidad de bondad cundiera y llegara. Quisiera extender la mirada y verlo todo limpio y claro. Pero entre tanto, estoy lleno de belleza. Saludos a la autora del maravilloso blog http://eumeumundo.blogspot.com/
martes, octubre 30, 2007
O meu mundo - o de como, a pesar de todo, se puede vivir enamorado
Publicado por Gustavocarra en 6:03 p. m. 0 comentarios
Etiquetas: bondad, eumeumundo.blogspot.com, Pessoa Jaime Miquel
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