Ayer te vi por primera vez. Me habían sugerido un montón de cosas, pero creí que se trataba de una broma. No podía dar crédito... Gran forma de terminar el año, pardiez. Voy a mandar este año a la porra: esto de verte el día del aniversario de mi boda es una cruel jugarreta del destino.
Dios mío, qué hermosísima que eres. Aún sigo sin aliento. Ves: por eso lucho por conseguir el secreto de la eterna juventud. Ufff, maldita sea, como me dijeron al verte, estoy en shock y aún lo estoy. Ha valido la pena contar millones de moscas.
Por otra parte, anoche me acordé de mi pobre pipita. Con sinre recordé los momentos en que aún estabas bien. Sueño con que tome mi mano y la extraiga del abismo y la oscuridad donde mora, pero francamente es imposible y, como los condenados de Dante, Qui si convien lasciare ogne sospetto. Está bien reconocer que estoy triste y que me afecta. Sinre, estuvo bien el vinito, estuvo muy bien. Me -nos- consolamos mucho, y eso es el comienzo de una nueva alegría.
Cuenta conmigo, sinre. Eres entrañable. Adiós, hasta nunca miserable 2009.
jueves, diciembre 31, 2009
Atracción fatal
Publicado por Gustavocarra en 2:21 p. m. 2 comentarios
miércoles, diciembre 30, 2009
El casco tremolante
Curiosísima conversación anoche en todos los sentidos, pero en especial, sobre los excesos en la traducción que se perpetúan. Francamene, evité decirlo, pero ese casco tremolante de Héctor no lo cambiaría por nada del mundo. Aun hoy en día me pregunto porqué diablos temblaba el casco de aqueos y troyanos. Y luego, volveré a Alicante, a hablar de chorradas profundas... Así es mi vida.
Publicado por Gustavocarra en 10:32 a. m. 3 comentarios
lunes, diciembre 28, 2009
Porque no quieres...
Me lo ha dicho mucha gente, lo cual significa que o no me escuchan, o no me entienden. Ciertamente, no quiero, y tengo enormes razones para no hacerlo. Y una vez pasado el disgusto de cuando quise y no pude, progresivamente me voy sintiendo mejor.
Publicado por Gustavocarra en 12:50 p. m. 0 comentarios