Una de las cantantes favoritas de Raúl del Olmo, Fiorella Mannoia, en un título que le habría echo sonreír.
Hoy me he puesto a repasar este blog, para integrar esta experiencia de tres años, las sensaciones, los momentos... Y de repente me encontré con que en la entrada en que recordaba a Raúl del Olmo que hice cuando falleció había un comentario. Estos días me andaba rondando por la cabeza la idea de retirar su foto de mi página de usuario de wikipedia para dejarlo descansar en paz en mi corazón. El comentario de Jesús me volvió a arrancar las lágrimas. Me recordó la cantidad de cosas de lo que soy que le debo. La música italiana es una de ellas.
Cuando la muerte te arrebata a una persona que amas, que necesitas, de esa manera tan brutal, tan sin previo aviso... Parece que uno queda mutilado. Sólo lo parece.
Ya le dije a Jesús que acudo al lugar donde está lo que alguna vez fue Raúl de manera regular. Que cada vez que voy tengo miedo de no llorar, y hasta ahora no ha sucedido. Que en el silencio de su tumba, donde reposa junto a otro hermano, hemos seguido teniendo conversaciones íntimas. La de esta navidad fue especialmente emotiva: le conté la contradicción esencial de mi vida y mi drama.
Sí, Jesús, si. El año 1994 también fue uno de los más felices de mi vida. Raúl ya formaba entonces parte de mi grupo esencial de amigos, y lo conservé hasta el último momento. Siento por ello mucho orgullo y algo de consuelo.
Pero después de su muerte no he vuelto a levantar cabeza. Hay un antes y un después. Desde luego que me encantaría compartir a Raúl. Siempre fue de todos. Para ponerte en contacto conmigo pincha aquí y verás alguna foto más y cómo hacerlo. El destino ha hecho que viva en Alacant, de modo que estamos cerca. Un gran abrazo, Jesús.
Esto, que me ha venido por casualidad, es el epílogo del blog que andaba buscando. Deseo que la próxima vez que vaya a visitar a Raúl, no sienta ganas de llorar porque aquel temor que le confesé se quedó en eso, en un temor. Espero llevarle elementos de juicio. Y espero que Tristram vaya también conmigo algún día. Este fin de semana conseguí reunir a María, a Mario y a Chema. ¿Porqué no soñar con algo más?
domingo, mayo 10, 2009
Jesús, Raúl: Un epílogo
Publicado por Gustavocarra en 7:32 p. m. 4 comentarios
Etiquetas: Epílogo: soñar
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