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Cinco años de Don Quijote

Este blog, como su nombre indica, es el registro de un periplo personal, una bitácora.

Hace cinco años comencé una etapa diferente en mi vida, y me planteé llevar un registro. Precisamente porque se trata de un camino, todas las opiniones que vierto son provisionales, un intento de comprender y recapitular. También es un experimento literario. Algunas de las personas a las que me refiero son reales. Otras son en realidad una mezcla de referentes, de varias personas distintas que me permiten crear un arquetipo con el que dialogar. Es un poco como Pirandello y Unamuno.

Con ese velo puedo reconstruir mis momentos emocionales, aquello que me ha inspirado y preocupado durante estos cinco años y ponerlos en perspectiva. Creo que ha sido una experiencia muy bella, y la dejo aquí para disfrute de todos.

Hasta siempre.


viernes, marzo 13, 2009

Firmeza
Cantata de ocaso IV



No apartarse ni un instante del camino trazado. No ceder. El derecho a la obstinación. Eso lo aprendí mejor que tú, Tristram. Por amarga que sea la pírrica victoria. (y lo de victoria no va con segundas, Tristram). Por fin he aprendido a decir no. No, no, y mil veces no. Soy una roca y tengo derecho a resistir. Me lo he ganado. Es mi soldada. Y nada que ver contigo, Tristram. Bueno, si... pero muy, muy lejanamente.

¡ay de quien ponga a prueba mi dignidad! Se tenderá sobre esa infeliz alma el olvido y el arrepentimiento estéril. Soy una roca, y eso es lo que voy a ser para el resto de mi vida

jueves, marzo 12, 2009

Oficium tenebrae
Cantata de Ocaso III



Música: Troisième Leçon de Tenebres, François Couperin.

Me temo que ya cayó la tarde. Chus me habló de este momento. La ''Noche oscura del alma'' lo llamaba ella. Querida Chusa, cuanto te echo de menos... Cuanto sabes de las lecciones insertas en los libros de la oscuridad... Defendamos nuestro leísmo sin tregua. Para mi, la tiniebla no es el dolor, es la tentación de la indiferencia. ¿Hay en tus manuales alguna receta para recuperar el júbilo, la inquietud, la certeza? No, ya lo sé. Chusa, no te defraudaré. Sabes quien soy, sabes que resucité de entre los muertos, cuando nadie creía en esa posibilidad, y como buen espíritu benéfico, te fuiste a otros lares a tender tu mano. Por ello puedes estar segura de que resistiré esta prueba, ignorando a mi corazón. Mantendré el candil en la tiniebla. Y brillaré más aún que la última vez. Recuérdamelo cuando coincidamos en la Tertulia, recuérdame otra vez qué es lo importante.