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Cinco años de Don Quijote

Este blog, como su nombre indica, es el registro de un periplo personal, una bitácora.

Hace cinco años comencé una etapa diferente en mi vida, y me planteé llevar un registro. Precisamente porque se trata de un camino, todas las opiniones que vierto son provisionales, un intento de comprender y recapitular. También es un experimento literario. Algunas de las personas a las que me refiero son reales. Otras son en realidad una mezcla de referentes, de varias personas distintas que me permiten crear un arquetipo con el que dialogar. Es un poco como Pirandello y Unamuno.

Con ese velo puedo reconstruir mis momentos emocionales, aquello que me ha inspirado y preocupado durante estos cinco años y ponerlos en perspectiva. Creo que ha sido una experiencia muy bella, y la dejo aquí para disfrute de todos.

Hasta siempre.


jueves, febrero 22, 2007

La estafa del euro

Los políticos no se enteran, o parecen no querer enterarse. Algunas revistas económicas ya han señalado, que apasar del insistente aparato mediático, la implantación del euro no nos ha traído todos los beneficios que se decían y por contra ha conseguido demoler la conciencia europea. La llegada del euro ha conllevado una menor capacidad de discriminación de precios por parte del consumidor. Los estadísticos podrán componer la cesta de la compra del IPC como quieran -o les dejen- pero lo que cuenta es la experiencia de la gente y como un servidor es gente, diré que un café que me costaba veinte duretes, ahora me cuesta un euro diez, el combustible ha experimentado parecida subida, la vivienda, un tanto igual. Los comestibles, ¿quien iba a comprar tomates a 150 pelas hace seis años? Y una larga cuenta que si enfrentamos nuestros sueldos a las principales partidas del gasto doméstico, nos daremos cuenta -y esto ya nadie serio lo discute- que alguien se ha inventado la inflacción en torno al 3,2% . Digamos a groso modo, que más bien el actual euro tiene el mismo poder de compra que las antiguas 100 pesetas, con lo cual, se llega a la asombrosa conclusión de que en realidad, la inflacción ha rampado más de un 60% mientras que los salarios y las pensiones apenas si han subido. Si es cierto que algunas partidas han bajado, como el trasporte en avión. Pero este beneficio apenas alcanza a unos pocos, pese a que estos pocos son los que más importan, según parece a los políticos. Sin embargo, las capas más bajas de renta reciben todo el peso del alza inflaccionista. Nuevamente siempre pagan los mismos.

Los políticos entonces se preguntarán porqué el aumento del euroescepticismo, y se negarán a mirar lo calamitosa que ha sido la transición al euro, hecha a empujones y sin un periodo de transición con fijación de precios para evitar alzas "psicológicas" y permitir su mejor discriminación . Todo ello porque seguramente se vulnerará no se qué principio del libre mercado, dejando de lado otro principio elemental, -y para mi superior- que es la transparencia: VEAMOS: Si uno no entiende un precio, el precio no es transparente. Y punto. Aquí parece que cada uno elige el principio de libre mercado que mejor le convenga.

Aprovecho para pedir por parte del estado que de una vez se abola el famoso 44,99€ + iva que ahora cunde hasta en los hoteles y tiendas de informática. Si tengo que usar la calculadora, entonces no hay transparencia.

Así pues, NOS HAN empobrecido un 66% por mucho que traten de engañarnos. Nos hacen votar una constitución sobre cuya elaboración y contenidos no se nos ha dejado reflexionar ni participar, y que por otra parte consagra instituciones -el consejo- a las que no elegimos directamente como directoras y legisladoras en Europa sin que nada cambie, ni exista artículo que indique que esta situación sea transitoria.

Pues normal que la gente diga : "iros a la mierda" aunque entienda poco, sea ignorante o esté ofuscada por el fútbol. Los argumentos antedichos los ven y entienden todos.

Y en cuanto a mi generación, viendo lo poco que pueden cambiar las cosas dado el nivel de control global, decidimos emborracharnos en masa, lo cual, bien visto, constituye una lúcida forma de protesta: esto no tiene arreglo así que vamos a demostrar que lo sabemos en un extenso botellón -que innegablemente también está unido a la escandalosa subida de precios en la hostelería y a la falta de ética y poca inspección de los establecimientos que venden alcohol adulterado.

En fin: Salud.

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