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Cinco años de Don Quijote

Este blog, como su nombre indica, es el registro de un periplo personal, una bitácora.

Hace cinco años comencé una etapa diferente en mi vida, y me planteé llevar un registro. Precisamente porque se trata de un camino, todas las opiniones que vierto son provisionales, un intento de comprender y recapitular. También es un experimento literario. Algunas de las personas a las que me refiero son reales. Otras son en realidad una mezcla de referentes, de varias personas distintas que me permiten crear un arquetipo con el que dialogar. Es un poco como Pirandello y Unamuno.

Con ese velo puedo reconstruir mis momentos emocionales, aquello que me ha inspirado y preocupado durante estos cinco años y ponerlos en perspectiva. Creo que ha sido una experiencia muy bella, y la dejo aquí para disfrute de todos.

Hasta siempre.


jueves, agosto 26, 2010

Plastic Jesus



Ayer me quedé viendo la tele. No tenía ganas de salir. Venía del funeral del hermano de un amigo, y además echaban Cool Hand Luke.

Hacía dos años que no iba a misa. Obviamente me coloco en los bancos de atrás, y amparado en la oscuridad, dejo que me ruede una lágrima mientras comprendo la liturgia eucarística, ante todo, es un monumento a la humanidad. Me pregunto si la gente entiende lo que allí se dice o lo recita como un mantra hechiceril.

Me emociono, porque ya hace mucho que no soy creyente. Me siento como Paul Newman mientras canta esa canción irónica que imita un gingle publicitario en el que un Jesús de plástico pegado en el parabrisas te puede proteger de un castañazo a 150 por hora, o, al menos, te garantiza que no te vas a ir al infierno.

Comprendo el tono depresivo con que interpreta la canción, que es más acusado cuando el estribillo se anima. La ironía no producen ningún consuelo en este caso.

3 comentarios:

pablo porras dijo...

Tal vez no en este caso. pero la ironía respecto a estos temas es necesaria para los que hemos pasado por fases de creencia intensa y de convencido agnosticismo. A mi me parece que se puede tomar distancia respecto a la propia incredulidad, no tomarsela tan en serio. Admitir nuestra falibilidad tambien respecto a estos temas. Digo que es necesaria en el sentido de que no creer en nada, de modo absoluto es demoledor para la persona, seguramente porque va en la dirección opuesta a cómo se formó nuestra psique, pero para un occidental racionalista ya no es posible creer de cualquier manera.
Seguramente ya conoces este fragmento de un documental sobre C. G. Jung en el que en una entrevista habla sobre la muerte.:

http://www.youtube.com/watch?v=6ZP4Doxz1-g

pablo porras dijo...

Y por cierto Jesús es el Dios hecho hombre, simbólicamente el segundo Adán, hecho de barro, material plástico.

Gustavocarra dijo...

Por supuesto. Ya has visto mis análisis de los arquetipos de Jung. Esto merecería varios "posts".

Actualmente, en la física teórica, se está hablando muy seriamente de prescindir del concepto de tiempo lo mismo que ya se prescinde del concepto de fuerza.

La inspiración viene de un momento tan convulso como fue el final del siglo XIX y principios del XX, en el que una historia de amor puro, como fue la de Emmy Noether y Pavel Alexandrov dio lugar a la unión entre la geometría y álgebra, luego extendida en los espacios de Rieman y Thurston.

Y ahí tenemos a dos españoles, enarbolando nuevamente el Honi soit qui mal y pense.

En realidad es la unión entre la estática y la dinámica. Emmy siempre se sintió sola, necesitaba ante todo diálogo e incluso en la época de la estrella amarilla y la expulsión de Gotinga admitía a nazis en sus clases (en bares) siendo ella judía.

Por eso Jesús es el nuevo Prometeo, que también significa lo proteico. O sea, barro. O sea, el origen de la vida, del cual lo único que somos es explicación (ex-plicare, desplegar).

Raúl nos influyó mucho. Y cada vez que llega septiembre, vuelvo a Violet-le-duc, a Cézanne y al siglo XIX. A la convulsión.