Romper con la "forma-partido" o con esta o aquella forma de estado o de internacional no significa renunciar a todas las formas de organización prácticas o eficaces.
Jacques Derrida: Fantasmas de Marx.
Esta frase me la ha espetado mi amigo Toño esta mañana a forma de despedida. He tenido una mañana extrañísima despues de una noche de insomnio. Probablemente ha sido la mañana más extraña de mi vida.
Para comenzar, me han despertado y he estado hablando por teléfono con Richard Stallman a eso de las 10:45 para una recomendación de un diccionario etimológico. Además, la zona donde iban a comprarlo cae dentro de los dominios de la doctora fosacomún... Para terminar, he tenido un encuentro con una antigua pareja. Fue la persona por la que actualmente trabajo en la comunidad valenciana. Y ha sido entrañable. Es injusto que me haya dicho que me debe mucho, porque probablemente, yo le debo muchísimo más.
Y cómo no, siguiendo con la filosofía, Toño y yo hemos repasado a Derridá, San Agustín, Heidegger, la Fuzzy-logic...
¿Cual es el ser del ser de mi ser?, que diría Heidegger. Hablamos de que el conocimiento libre es ese movimiento, esa forma eficaz de organizarse de la que habla Derrida de la que no hay que renunciar cuando se critica al marxismo. En realidad el no-concepto de la différance debe mucho al concepto de modelo en ciencia: es una insuficiencia operativa anclada en el devenir del tiempo. Es la tiranía de la materia.
Y es que el materialismo no es tan malo: materia viene de "Mater", la materia es nuestra madre. Pero el materialismo marxista está superado en un cerebro que es una máquina de colapsar estados de onda para generar conciencia. Una máquina cuántica que crea la ¿ilusión? de realidad. ¿En el futuro, cuando alguien se pregunte quien es, le entregarán una tractografía y la secuencia de su genoma?
Stallman, Heidegger, Maika, Derrida... Finalmente, no es tan malo ser un puto robot.
4 comentarios:
Si se permite a un profano:
Supongamos que sea cierto que la realidad no sea sino la ilusión generada por la máquina-cerebro al colapsar estados de onda se me plantea la duda de si en ese caso no son también ilusiones la máquina cuántica, el Sr. Marx, el futuro, la materia, las tractografías y los genomas.
jajaja. No, Pablo, no estoy hablando de un solipsismo. En cualquier caso, los físicos cuanticos lo tienen todo arreglado con un concepto que llaman superposición de estados: el gato puede estar muerto y vivo a la vez mientras no se realice la observación.
No es un juego: la superposición es operativa en el sentido de que explica la realidad física. Ni siquiera la palabra observación es correcta: observación es sinónimo de interacción newtoniana. Pero existen otros fenómenos observables que no cuadran dentro de la física mecánica y cuya huella puede ser macroscópica o de escala universal. Te recomiendo esta lectura.
En definitiva, la cuántica sanciona la abolición de los opuestos. Un bit no es lo mismo que un qbit.
El cerebro es un producto del ensayo de miles de millones de años de evolución. Cualquier dispositivo de interacción o percepción ha tenido tiempo de ser ensayado, ajustado y evolucionado.
Todos hemos experimentado la intuición: sólo los artistas, vivís de ello.
Bueno ya me gustaría .(vivir de ello)
Sobre la lectura optimista que haces de la etimología de MATER-ia. Seguro que no se te escapa que la simbología de la madre incluye aspectos oscuros, terribles . que los egipcios empleaban el buitre como símbolo de la madre. La Madre es cifra de todo lo inhumano insensible inconsciente ciego irrevocable de la naturaleza, resumiendo el destino. La sumisión a la materia sería propia de un estado matriarcal y tal vez haya alguna relación entre el declive del patrriarcado en occidente y el materialismo teñido de culto a la naturaleza que nos rodea.
Sigo con Venus en la cabeza. Pero no quiero precipitarel momento, sigo haciendo bocetos pero espero a que termine el curso entregue los últimos papelajos y esté en disposición de ánimo. Cada vez me inclino más por una escena como la de Venus herida. Precisamente porque hay una inflación de venus omnipotentes en la imaginería posmoderna.
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