Mi última lluvia de otoño fue torrencial, increíble. Fui en busca del maestro pisano, de su inspiración y rastro. Mi último gesto de magia consistió en que lo que era absolutamente improbable se convirtiera en una realidad. Pudimos subir a la torre pendente casi solos. Tan sólo nos importunaba en el campanario un japonés, al que saludé convenientemente en su propio idioma y le ofrecí tomar una foto. Como si estuviera escrito en el guión, dejó de llover. Y tuvo lugar un diálogo:
-Bueno, parece que desde aquí arriba las cosas se ven más claras...
-O más lejanas...
-Sí, desde aquí arriba, las personas parecen más pequeñas, como puntos insignificantes...
Luego bajamos, bromeamos un poco y lo pasamos bien. Y nos mentimos mutuamente: yo te dije que me encantaba competir, y tu me dijiste que a ti no. Y luego hicimos una apuesta que ambos hemos perdido por ahora.
Aquí a la izquierda, Buonamico di Cristofano, llamado "il buffalmacco". El cuadro se llama el Giudizio finale. Mira que le he dicho a fosacomun que tiene que hacer un especial del camposanto de Pisa. Concretamente, este fresco me impresionó bastante.
Como has podido comprobar, las claves de aquella historia te las he ido desgranando muy despacio, Y ya que debemos despedirnos, quisiera contarte lo que me queda por decir de la manera más bella posible.
Te dije entonces que el fresco del Buffalmaco tiene similitudes con otro de mi pueblo que yo restauré en su momento. Hay diferencias, en especial, dos figuras: la de un jóven que intenta engañar a un ángel para colarse en el paraíso, y la de una anciana que despistada se va al infierno, y el ángel le indica, con cara de ternura, que su destino es la gloria. Este recurso narrativo me parece de una fuerza demencial. La fuerza de un pintor que se llama Buonamico, el buen amigo. También sabes que en aquella aventura vinieron con nosotros otras personas, aunque ninguna de ellas físicamente: en tu caso, vino contigo un idiota incapaz de respetar ese momento que pasé a tu lado. En mi caso, vino conmigo un fantasma. Al que por cierto, esta navidad, dejaré descansar en paz.
Mi querida pisacharcos, sabes que tienes un lugar en mi corazón del que será imposible desalojarte. Que te llevaré allá a donde vaya. Y que una vez abandonado mi paraguas lila minúsculo a orillas del Arno, ya nada mío puede cobijarte.
Mi adoradísima pisacharcos... Todo está bien, aunque sea tan desgarrador. No podemos colarnos por la puerta falsa. Soy un viejito, de modo que, aunque crea que mi destino es el infierno, tal vez un ángel victorioso me mire con ternura y, compadecido de mi encorvamiento y ceguera, me indique las puertas del paraíso. Paraíso donde te espero, y seremos como Paolo y Francesca. Ciao.
2 comentarios:
fosacomun se ha despertado hoy pensando "hace dos años que no hago un viaje al extranjero, un viaje largo, de un mes", eso no es bueno, de vez en cuando hay que tomar perspectiva. Pero ni siquiera sé dónde ir. ¿Italia? Siempre está bien ¿Alemania? Ahora hace mucho frío ¿Norte de África? Mmmm...
¡ay! justamente el viaje más hermoso de mi vida, hace tres años, con Pachi, cubrió todos esos lugares que me dices de una sola vez. Norte de África incluído.
El programa inicial fue conocer todo el imperio austrohúngaro de una vez, pero la cosa se nos fue -afortunadamente- de las manos.
Es curioso: aunque he hecho viajes -por ejemplo a Argentina- de meses, definitivamente mi forma de viajar es a toda velociad recorriendo distancias inmensas. La "perspectiva" se adquiere mucho después, como en una digestión de serpiente...
Pero... Lo que me apetece ahora, realmente, es Lisboa.
Un gran besote y felices fiestas, doctora... :)
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