No es que el bichito este lea ya la ilíada con tan solo 18 meses, pero si que hace el ademán de leer. Yo le recito la ilíada con el tono solemne con el que debieron recitarla en la Grecia Antigua, y el imita mi tono con vocablos sin sentido. Si se piensa bien, es toda una azaña y sin duda la antesala de la lectura. Me llama "tito tres" debido a que le enseñé a contar, y asignó a las fichas de aprendizaje precoz de matemáticas el nombre de "tres". Apenas le he oído llorar alguna vez, y si, encambio, le oigo reir casi constantemente. Es un niño inteligente, precoz y feliz. Además, es buena persona: si reparte algo o da un beso, insiste en no hacer distinciones y ser equitativo con todos. Me recuerda a mi cuando tenía sus años. Me pregunto qué pasó para que la felicidad prometida no haya llegado nunca.
Entre tanto, le protegeré. Es toda una alegría para mi.
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