De que he tomado una decisión: La decisión de no herir ni humillar, ni infringir innecesariamente un castigo moral a nadie con frases teatrales. De no jugar a ser dueño de vidas y destinos. Y sobre todo, de morirme de desesperación antes de resolver mi soledad volviendo a ser pareja de alguien a quien no quiero.
Y también quiero pedirte perdón por no ser sincero. Te he mentido todo este tiempo. Y creo que tú también a mi. Es ridículo intentar disimular algo así, y tampoco tengo que sentirme estigmatizado por ello. Sencillamente, carece de importancia el hecho de que sea algo poco recomendable, además de imposible. Carece de importancia también el que te perjudique. Es más, en realidad, es evidente que lo que te ha perjudicado es, justamente, lo contrario. Y a mi, ni te cuento...
En fin, que, el que me acuerde de las cosas con todo lujo de detalles, además de poner de manifiesto mi excelente memoria, tiene que significar algo ¿no?
Por eso, no sé si eres consciente de que he tomado la decisión de no disimularlo más, y vivir de acuerdo a lo que siento. Y si: eso supone que... también he tenido que ser sincero por otros lados. Y obrar en consecuencia. Demasiadas consecuencias. Pero no quiero ser Dante con Beatrice... Ya no. Quiero, tan sólo, un invierno en Lisboa.
Un beso, mi dulce pisacharcos. Se fuerte y feliz. Como yo delante de aquel soberbio bellvedere sabiendo que al día siguiente no secundaría una huelga. Te quiero. Pero amo muchísimo más tu libertad...
miércoles, diciembre 16, 2009
No sé si eres consciente... (finale)
Publicado por Gustavocarra en 8:26 p. m.
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