La marea me dejó unas conchas sin nombre,
con que el niño hace un collar de un alfabeto
que no entiende el hombre.
Estoy escuchando "Copenhague" de Vetusta Morla. Acabo de llamar a mi sobrinito para felicitarle por su segundo cumpleaños. A nadie se le oculta mi debilidad por mis sobrinitos. Entre otras cosas, me ha respondido con una excelente pronunciación que el presidente del gobierno se llama Zapatero, y el jefe de la oposición Rajoy. Sabe que tiene que soplar dos velitas, y que su novia se llama Alba.
Dios mio, tesoro. Que la vida te llene de cosas apasionantes, de sabiduría y felicidad. Algún día tu tío te paseará por la colina de Micenas, te mostrará la montaña de la luna y el mono aullador nos contará sus historias mientras contemplamos luciérnagas gigantes.
Mi pequeño tesorito, te deseo un mundo a la altura de tu precocidad e inocencia, y si no, ya estaré yo aquí, a tu lado. Cuanto echo de menos las tardes en el parque enseñándote cómo hacen los pececitos y los patos.
Por ellos.
2 comentarios:
¿sigues componiendo haikus ?
algunas veces,pero muy poquitas, tengo el nihongo muy oxidado. Nota: te escribo esto desde Valencia. Tengo grandes ideas que ya te desarrollarte
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