Hoy he estado hablando de la imaginería de Carrión de los Condes y de la -por fin- reapertura de la villa romana de la Olmeda, cerca del solar de mis antepasados. De la piedad desconocida de Gregorio Fernández, de Juan de Ávila... Y de reprente me acordé de mi conversación semanal al otro lado del torno de las Clarisas con la Madre María Visitación de la Divina Pastora. Aquellas conversaciones angélicas...
Continúo descansando. Madre Visitación, reza por mi: Por el gozo pascual. Por la resurrección.
martes, abril 07, 2009
Visitando a Visitación
Publicado por Gustavocarra en 2:24 p. m.
Etiquetas: Pasión y muerte
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