Querida sinremedio:
Ya sé que me sigues, pero que no sueles atreverte a poner ningún comentario. No pasa nada. Ese suele ser el caso de la mayoría las entre 4000 y 6000 visitas únicas que tengo al cabo de un mes normal. Te quería decir que tu amigo el mesetario me ha metido en un lío morrocotudo y maravilloso.
Sólo sé que cada vez que alguien me mencione a Tampere, una sonrisa me iluminará la cara y me brincará el corazón. Me han llenado de alegría, sinre, como hacía mucho tiempo que no pasaba.
Ahora tengo más experiencia y no voy a caer en las mismas trampas. Alguien muy brillante necesita dulzura recíproca y aprender a manejar el vivir la libertad dentro de un profundo afecto. Hasta hace un tiempo pensé que el amor consistía en renunciar a influir en la otra persona para evitar que cambiara. Un soberano y doloroso error. Tal vez sea mejor dejar fluir esas cosas con sencillez y sin miedo.
Tampere es una Arcadia, algo lejano y hermoso y al mismo tiempo una presencia dulce. Tampere es un faro que me retornará a Ítaca. Tampere es como un azucarillo que me impregna y se mezcla conmigo una vez perdida la forma.
Quien me pruebe, notará el sabor a Tampere. Y eso es lo único que cuenta.
viernes, julio 30, 2010
Tampere
Publicado por Gustavocarra en 8:36 a. m.
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3 comentarios:
Da gusto cómo van cambiando las tornas de sus post de unos meses a esta parte. Me alegro.
Vaya sorpresa! Se agradece, y no sabés cuánto.
O a mí me han contado la mitad de la historia (lo cual es probable) o tenés una capacidad inaudita para unir cuerdas y correas a eso de “vivir la libertad”. En fin, mi Gus, demasiado críptico para mi mente rioplatense. Lo importante es que Tampere te despierta una sonrisa y es lo que cuenta. Enhorabuena!!
Pues yo diría, fosacomun, que lo que va cambiando es aquel "non est, quod timeas: por desgracia, sobrevivirás."
También es que tras diez años de estasis mental, uno retorna al pasado en busca de un punto de partida. No todo, ni principalmente, consiste en racionalizar las cosas, ni buscar protocolos, ni recetas de cocina. A veces ayuda un poco de literatura para ponderar las cosas en su justa medida y buscarles una cómoda alhacena donde reposar, y que descansen en paz.
Sin remedio, no creo que necesite hacerte las presentaciones con fosacomun ni a la inversa. En cualquier caso, unir cuerdas es el efecto de mi particular obsesión por verificar experimentalmente la propiedad transitiva, un elemento indispensable en el álgebra abstracta, o de como lo biunívoco puede extenderse a un tercero y por ende al infinito.
Si que me toca Tampere, si. Siento mucha ternura por Tampere, y como la estatua de este post me encanta escrutar sus reposadas lecturas y acompañarlas con mi silencio. Pero esa fría ciudad está lejísimos, tanto, que habré de recurrir a la marina mercante.
Muchas gracias a las dos. Os aprecio un montón, y os presto mis alas, para su custodia o uso, siempre y cuando se me devuelvan en caso de necesidad.
Besos
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