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Cinco años de Don Quijote

Este blog, como su nombre indica, es el registro de un periplo personal, una bitácora.

Hace cinco años comencé una etapa diferente en mi vida, y me planteé llevar un registro. Precisamente porque se trata de un camino, todas las opiniones que vierto son provisionales, un intento de comprender y recapitular. También es un experimento literario. Algunas de las personas a las que me refiero son reales. Otras son en realidad una mezcla de referentes, de varias personas distintas que me permiten crear un arquetipo con el que dialogar. Es un poco como Pirandello y Unamuno.

Con ese velo puedo reconstruir mis momentos emocionales, aquello que me ha inspirado y preocupado durante estos cinco años y ponerlos en perspectiva. Creo que ha sido una experiencia muy bella, y la dejo aquí para disfrute de todos.

Hasta siempre.


sábado, abril 03, 2010

Broken

Greg: Todos somos patéticos: es lo que hace que las cosas sean interesantes...
Lydia: Estoy harta de que la vida sea interesante




Yo-yo Ma interpretando el preludio de la Suite para violoncello solo Nº 1 de Johann Sebastian Bach
Si, me dijiste que había pillado el gusto a eso de provocarte. Y era verdad: necesitaba hacerte enfadar, necesitaba hacerte daño, y eso me hacía sentir bien. ¿Sabes? Nunca jamás he sido mejor persona que cuando alquilé el coche para ir a verte. Nunca jamás he sido tan sincero y limpio, y nunca jamás he tenido ilusiones más nobles y un amor tan hermoso.

Todo lo que vino después fue inmoralidades que respondían a inmoralidades mayores. Errores que respondían a errores, precauciones innecesarias que causaron una escalada de desconfianza. Hoy me siento sucio, estratégico y amargado. Tal vez sea porque hoy deseo ver las cosas con compasión, o porque echo muchísimo de menos al Gustavo que fui por un breve plazo. O porque para recuperarme de su fracaso me he hecho irónico, desidioso, despiadado y profundamente misántropo.

Quiero reconocer este inmenso dolor y nostalgia que a penas puedo manejar. Porque aún me sigues importando. Pero también manifestar mi voluntad y férrea determinación de superarlo. Y sólo bajo esa clave es como se pueden leer algunas de las cosas que hago. Nada de valoraciones maniqueas. Nada de odio, ni resentimiento, ni análisis simplistas, ni culpa.

Volveré un día a pisar charcos. Y esta vez será la buena.

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