Perdóname, Cecilia. Sei una donna tanto, tantissimo bella... Soy terriblemente desatento, pero no siempre he sido así. Me han hecho las circunstancias. Y los momentos...
Este domingo va a ser tu santo. Eres una mujer brutalmente independiente y yo terriblemente distraído. Ma non ti ho dimenticato... Se que tengo el encargo de cuidarte. Viniste con la intención de responder a algunas preguntas y tal vez, por la fama que me precedía, pensaste que yo te las podría dar. Pero justamente también estaba buscándolas. Ambos soñando con nuestro diferente -y tal vez próximo- mañana. Pero siempre con esperanza.
Tengo que compensarte. Tengo que encontrar un espacio para invitarte a la mejor comida del mundo, con mi amigo Berthold, y seremos dos personas solitarias y abatidas emborrachándonos con calvados, porque espero que ya haya acabado tu mes de limpieza etílica. Y no diremos nada a quien Tú ya sabes. Será nuestro secreto.
Y luego, nos iremos a escuchar música. Si, Cecilia. Perdona mis desatenciones, por haberte dejado tan sola. Pensé que una mujer tan hermosísima no tendría problema para abrirse paso, y que yo, en mi estado, poco podría aportar. Pero no es justo, lo sé.
Y por ello quiero compensarte. Escucha esta canción y cree fuertemente en ella, mi querida. Estoy deseando presumir paseando a tu lado, si me lo permites. :)
viernes, noviembre 20, 2009
Cecilia
Publicado por Gustavocarra en 6:41 p. m.
Etiquetas: Aarhus
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