Hablar con medias palabras puede ser una forma inteligente de anticiparse a la posibilidad de fallo que hay en toda suposición.
Después de tanto ejercicio de vuelo es hora de tomar tierra. Los Fortune Tellers me ayudan un poco a sentirme urbano y coqueto y a reencontrarme con mis parkas, lambrettas y ganas de juerga. Gracias, salados.
La mayoría de la gente se inclina por un estilo cognitivo. El mundo de la expresión o el mundo de la abstracción. Cerebro derecho y cerebro izquierdo. Mi maldición es que poseo ambas facetas con potencia similar. El resultado es una curiosidad insaciable y una prevención a prueba de bomba contra las trampas de la vida, las falsas seguridades y el dogmatismo. Mantener el equilibrio entre estos dos polos es como tratar a los hijos, con sus diferencias, por igual. Ello me obliga a saltar de un tema a otro con una velocidad desconcertante y difícil de seguir desde fuera, aunque finalmente me las arreglo para elaborar una síntesis. Cómo Odio a Hegel, especialmente cuando tiene razón. Bueno, Quique me habló de las virtudes del primer Heguel. Ahhhh... ¿Ya no te acordabas de mi endiablada memoria?
Una de las escasísimas personas en que intuí esta particular textura de pensamiento, aparte de Quique, es el científico Nick Lane, al que admiro profundamente y coincido en todos sus planteamientos. Tanto es así, que me pasé dos años traduciendo su libro Oxygen,
sin éxito a la hora de encontrar editor. Intercambié varios correos con Él y su esposa, la española y también científica Ana Hidalgo. Tanto le admiro, que he caído en la película de imitarle también en su vida. Me parece una extraordinaria forma de ser feliz por la que le profeso una sanísima envidia. Craso error por mi parte.
El caso es que la biología me ha dado las satisfacciones más grandes, y aunque a veces me emborracho con los delirios del mundo de la expresión, he aprendido a no darle importancia. La biología siempre devuelve el principio de realidad, centra y ofrece posibilidades y sorpresas que te superan. La biología ayuda a un profundo autoconocimiento y a un enfoque más lucido sobre el entorno social.
Las letras son, parafraseando a Gödel (una de las varias razones para visitar Brno, junto con Mendel) Mi Ruheplatz, mientras que la biología es un confortable Wohnplatz.
Y todo esto para decir que conocer es superar. Que me siento orgulloso de haber contribuído a posibilitar algo nuevo, algo de otros que ahora será también mío.
sábado, noviembre 01, 2008
La naturaleza ama esconderse (Elogio de la Biología)
Publicado por Gustavocarra en 6:31 p. m.
Etiquetas: Convirtiendo estudios terrenales en algo práctico
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario