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Cinco años de Don Quijote

Este blog, como su nombre indica, es el registro de un periplo personal, una bitácora.

Hace cinco años comencé una etapa diferente en mi vida, y me planteé llevar un registro. Precisamente porque se trata de un camino, todas las opiniones que vierto son provisionales, un intento de comprender y recapitular. También es un experimento literario. Algunas de las personas a las que me refiero son reales. Otras son en realidad una mezcla de referentes, de varias personas distintas que me permiten crear un arquetipo con el que dialogar. Es un poco como Pirandello y Unamuno.

Con ese velo puedo reconstruir mis momentos emocionales, aquello que me ha inspirado y preocupado durante estos cinco años y ponerlos en perspectiva. Creo que ha sido una experiencia muy bella, y la dejo aquí para disfrute de todos.

Hasta siempre.


jueves, octubre 30, 2008

Epílogo a la trilogía de los ángeles



Nota: La curiosa paradoja es que al final es la niña la que salva a Cassiel.

2 comentarios:

Ama Rosa dijo...

hay seres que se saben ángeles y otros que lo son sin saberlo, se cruzan en nuestro día a día y nos adornan las horas con detalles aparentemente insignificantes pero llenos de valor para nosotros. creo en ambos, en los conscientes y en los inconscientes, en los que jamás se sabrán nuestros ángeles temporales, en aquellos que simplemente nos salvan de nosotros mismos en nuestros peores segundos, en uno en especial al que tuve que decir adiós por terceras personas pero que sigue tatuado en mi piel y mi alma. Creo en la generosidad sin reclamas. Creo en que todavía podemos cambiar un pedacito de mundo que nos rodea, el más doméstico, el más amado. Y, ¿por qué no? creo que si quieres, serás un ángel caído con conocimiento de ambas formas de vivir, pero sin los aires de superioridad y sin la prepotencia del que se cree mejor por haber vivido esa experiencia anteriormente. Ten cuidado y a la vez cuida a tus "tutelados". Son como la niña de la película. Toman de ti, y de mi, pero en ocasiones también nos dan sin pedir nada a cambio. Ábrete a recibir sin demandar. Es la magia del ser humano, ser capaz de ser mejor que ser solamente humano.

Gustavocarra dijo...

¿Sabes? La única forma de tutelar es contemplar en silencio. Sigo imaginándonos sentados Tu y Yo sobre la puerta de Brandemburgo, interrogándonos sobre lo que hacemos. Escucha, tu vigilas el altar de Pérgamo, y yo las puertas de Ishtar. Es una buena forma de pasar la eternidad... siempre que nos encontremos al atardecer en el carro de la Victoria...