Aqui os dejo a Lantana en un concierto ofrecido en la FNAC de Alicante cantando a la fragilidad humana. Hoy he estado tan agotado que casi no podía dar clase. En fin, además pongo un poema de Oliverio Girondo para recordarme que, en fin, a pesar de todo aún queda margen para salir volando desesperadamente.
Abandoné las sombras,
las espesas paredes,
los ruidos familiares,
la amistad de los libros,
el tabaco, las plumas,
los secos cielorrasos;
para salir volando,
desesperadamente.
Abajo: en la penumbra,
las amargas cornisas,
las calles desoladas,
los faroles sonámbulos,
las muertas chimeneas
los rumores cansados,
desesperadamente.
Ya todo era silencio,
simuladas catástrofes,
grandes charcos de sombra,
aguaceros, relámpagos,
vagabundos islotes
de inestable riberas;
pero seguí volando,
desesperadamente.
Un resplandor desnudo,
una luz calcinante
se interpuso en mi ruta,
me fascinó de muerte,
pero logré evadirme
de su letal influjo,
para seguir volando,
desesperadamente.
Todavía el destino
de mundos fenecidos,
desorientó mi vuelo
-de sideral constancia-
con sus vanas parábolas
y sus aureolas falsas;
pero seguí volando,
desesperadamente.
Me oprimía lo flúido,
la limpidez maciza,
el vacío escarchado,
la inaudible distancia,
la oquedad insonora,
el reposo asfixiante;
pero seguía volando,
desesperadamente.
Ya no existía nada,
la nada estaba ausente;
ni oscuridad, ni lumbre,
-ni unas manos celestes-
ni vida, ni destino,
ni misterio, ni muerte;
pero seguía volando,
desesperadamente.
2 comentarios:
Tengo ganas de verte Gus y de charlar contigo de tantas cosas. Espero que de esta navidad no pase.
Gracias, Pablo. Sabes que yo también. Ya tengo los papeles del concurso. He pasado por una etapa de brutal autoexigencia. Necesito tanto volver a casa y descansar...
Soy un bruto, Pablo. No sé si noble, pero desde luego, un bruto.
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