Ayer el otoño se despidió con su última lluvia. Comienza el largo invierno. Será muy, muy duro. Y cuando tenga que marchar a Alicante, no creo que reciba ningún apoyo: Más bien, espero que me metan palos en las ruedas.
Pero por eso aprovecharé este oasis. Tengo detrás de mi alguien que se piensa que soy una influencia determinante sobre mis amigas, y por ello no me dirige la palabra. Opina que le he estropeado sus posibilidades sobre una de ellas. Y es un experto linuxero, de modo que sin duda alguna leerá esto. Pues chaval: Ójala fuera así. Si he hecho algo en mi vida es aceptar y respetar las decisiones de los demás, salvo cuando esas decisiones me perjudicaban patentemente, en cuyo caso he sido la serpiente más retorcida y pertinaz que puedas echarte a la cara. Por otra parte, si la gente fuera menos partidaria del "todo o nada", tendrías tu posibilidad.
Aún no es tarde, so mendrugo. Bueno, puede que lo sea, pero depende enteramente de ti. Me voy a rezar un poco...
martes, diciembre 22, 2009
Saltarello della pioggia
Publicado por Gustavocarra en 4:21 p. m.
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