De pronto acerca, leve, su ala a la boca rosada...
y lo siega, sin que se entere, acogiendo en sus alas azul cielo el alma del niño,
llevándolo a las altas regiones, con un blando aleteo.
Arthur Rimbaud: El ángel y el niño
Vetusta Morla: la cuadratura del círculo
¿Es legítimo decepcionarse, Tristram? Yo lo estoy, aunque no de ti. Eso jamás... Pero lo estoy: las cosas a mi alrededor no son como yo creía. Tanto dogmatismo, tanta cortedad de miras, tanta jugada previsible. Tanta inmadurez. Si, si, tienes razón, ahora estoy mejor, sin tanta ambición, sólo tratando de disfrutar un poco de lo mucho que tengo.
Pero... ¡estoy tan decepcionado! ¿Te acuerdas cuando hablábamos del principito, del pasaje en que encuentra un campo lleno de rosas y le consuela el zorro con aquel: ve a ver a la rosa, y comprenderás que la tuya es única en el mundo?
Lo sé, lo sé. Pero estoy brutalmente decepcionado y triste. Porque nunca creí que las cosas fueran tan obvias, tan envueltas en papelitos de color, tan... Anda, subámonos a algún sitio. Siéntate a mi lado y contemplemos en blanco y negro sus afananes. En silencio, o con una leve mueca de amargura. Más allá del tiempo y del dolor. Vamos...
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