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Cinco años de Don Quijote

Este blog, como su nombre indica, es el registro de un periplo personal, una bitácora.

Hace cinco años comencé una etapa diferente en mi vida, y me planteé llevar un registro. Precisamente porque se trata de un camino, todas las opiniones que vierto son provisionales, un intento de comprender y recapitular. También es un experimento literario. Algunas de las personas a las que me refiero son reales. Otras son en realidad una mezcla de referentes, de varias personas distintas que me permiten crear un arquetipo con el que dialogar. Es un poco como Pirandello y Unamuno.

Con ese velo puedo reconstruir mis momentos emocionales, aquello que me ha inspirado y preocupado durante estos cinco años y ponerlos en perspectiva. Creo que ha sido una experiencia muy bella, y la dejo aquí para disfrute de todos.

Hasta siempre.


martes, septiembre 08, 2009

La decepción

De pronto acerca, leve, su ala a la boca rosada...
y lo siega, sin que se entere, acogiendo en sus alas azul cielo el alma del niño,
llevándolo a las altas regiones, con un blando aleteo.

Arthur Rimbaud: El ángel y el niño


Vetusta Morla: la cuadratura del círculo

¿Es legítimo decepcionarse, Tristram? Yo lo estoy, aunque no de ti. Eso jamás... Pero lo estoy: las cosas a mi alrededor no son como yo creía. Tanto dogmatismo, tanta cortedad de miras, tanta jugada previsible. Tanta inmadurez. Si, si, tienes razón, ahora estoy mejor, sin tanta ambición, sólo tratando de disfrutar un poco de lo mucho que tengo.

Pero... ¡estoy tan decepcionado! ¿Te acuerdas cuando hablábamos del principito, del pasaje en que encuentra un campo lleno de rosas y le consuela el zorro con aquel: ve a ver a la rosa, y comprenderás que la tuya es única en el mundo?

Lo sé, lo sé. Pero estoy brutalmente decepcionado y triste. Porque nunca creí que las cosas fueran tan obvias, tan envueltas en papelitos de color, tan... Anda, subámonos a algún sitio. Siéntate a mi lado y contemplemos en blanco y negro sus afananes. En silencio, o con una leve mueca de amargura. Más allá del tiempo y del dolor. Vamos...

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