Era ya muy tarde. Nunca me olvidaré. Ambos estábamos un poco chispillas. Aquella casa, tan, tan hermosa. Aquella guitarra Alhambra, aquel piano. Aquel equipo de música espectacular, con un vinilo de Barenboim, con los nocturnos de Chopin para despedir a mis últimos cigarrillos... ¡Dios mío, qué feliz me has hecho! ¿Te acuerdas del mismísimo Joshua Nelson dándome un abrazo delante de todo el mundo? Y su compañero maldiciendo porque creía que estaba casado? Después de que te fueras, todo ha sido monótono y triste. ¿Te acuerdas que prometimos luchar? ¿No desaprovechar este año?
¡Qué mal me encuentro! ¡Se hace tan duro! ¡Va a pasar tanto tiempo!
No terminaré este blog en honor a ti. Y a todo lo que me das.
jueves, septiembre 03, 2009
Cómo se puede querer tanto...
Publicado por Gustavocarra en 5:35 p. m.
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