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Cinco años de Don Quijote

Este blog, como su nombre indica, es el registro de un periplo personal, una bitácora.

Hace cinco años comencé una etapa diferente en mi vida, y me planteé llevar un registro. Precisamente porque se trata de un camino, todas las opiniones que vierto son provisionales, un intento de comprender y recapitular. También es un experimento literario. Algunas de las personas a las que me refiero son reales. Otras son en realidad una mezcla de referentes, de varias personas distintas que me permiten crear un arquetipo con el que dialogar. Es un poco como Pirandello y Unamuno.

Con ese velo puedo reconstruir mis momentos emocionales, aquello que me ha inspirado y preocupado durante estos cinco años y ponerlos en perspectiva. Creo que ha sido una experiencia muy bella, y la dejo aquí para disfrute de todos.

Hasta siempre.


domingo, diciembre 02, 2007

De profundis clamavi ad te




Los cien enamorados
Duermen para siempre
Bajo la tierra seca.
ORACIÓN DE UN ATEO

La conciencia plena no abole el dolor, ahí se equivoca el budismo. Te lleva a una condición en el que resuena por tu cuerpo el dolor esencial de todo lo que existe, de todo lo que anhela. El dolor de la inmensa confusión del mundo, de nuestra enorme e insensatata torpeza. Es desde este dolor de las criaturas donde nace un clamor, un sollozo agudo que viaja diluyéndose en los campos vacíos buscando un inexistente destinatario. Sin esperanza alguna grito, rezo, imploro: ayúdame, Señor, para que Yo pueda ayudar. Pues es tan densa esta tiniebla, hiere el frío, tirita mi alma y mi rostro cae contemplando su difusa sombra en la tierra seca, cercado por tu silencio, Señor, por tu cruel ausencia, por tu inmisericorde extrañamiento, por este infinito exilio. No tengo fe y las montañas caminan solas y como piojos desdeñan a quien sobre ellas se alza, para luego rodar hacia abajo con las manos vacías, congeladas y mutiladas. Y este amor, que no es otro que el amor para tus criaturas, queda como semilla huera bajo la tierra yerma. ¡Cuánto desconsuelo, Señor, viene cuando Yo nada pido para mi, sino sólo para que pueda Yo hacer tu voluntad! Tiende tu mano sobre este velo de error y dispérsalo, porque aunque no existas, te necesito.

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